1. Carácter fuerte y curiosidad.
Un equipo prospera y crece cuando hay una fricción saludable entre opiniones diferentes, para construir un consenso de manera colaborativa a lo largo del tiempo.
2. Capacidad de ajuste a la cultura organizacional.
Capaz de colaborar o ayudar (incluida la inteligencia emocional), con un enfoque a la resolución de problemas, capacidad de cara al cliente, presencia ejecutiva y compromiso de proporcionar valor.
3. Visión de carrera.
Buscar candidatos que tomen decisiones inteligentes y estratégicas en sus propias carreras, ya que se adaptarán mejor a un ámbito que se requiera aplicar en forma similar el pensamiento y motivación.
4. Agilidad de aprendizaje.
Ésta no solo puede acelerar su rendimiento, sino que también le permite transferir el activo a medida que las necesidades evolucionan inevitablemente.
5. Habilidades de comunicación.
Poder comunicarse con su equipo, su administración y el resto de la compañía, para entender por qué el negocio les pide que construyan lo que están creando, lo cual será más efectivo.